[ww] Outstanding magical theory

Debía admitirlo, Seirin Yaxley estaba completamente loca por regresar a un lugar que estaba pronto a caer en manos de revolucionarios y por consiguiente iba a ser un lugar muy, pero muy peligroso al cual acercarse.... Bueno... Pero no estaba ella ¿ya loca desde un inicio?... Quien sabe, igualmente para entender la mente de la Slytherin solo bastaba imaginar una balanza de la justicia de esas que aparecen en cuentos muggles sobre cortes y jurados y que según ellos se inicio en el antiguo Egipto... En fin... Ahora se supone que ambos platos deben permanecer en equilibrio, o eso dicen lo libros que la hermana menor de la pelinegra lee a escondidas sobre la personalidad, si eso sucede significa que la persona es bien equilibrada en su vida... Pero Seirin es otro cuento, si a un plato le pones su amor por las criaturas mágicas que sobrepasa cualquier sentimiento humano, cualquiera sería capaz puede percibir su desequilibrio mental... Lo que la lleva incoscintemente a ponerse en peligro muchas veces...

Ella siguió su camino hasta el castillo de forma tan desordenada que no había percibido la existencia de la bola de fuego hasta que escuchó la voz de alguien tras de ella y el leve frío que sintió en su nariz y orejas, lo que le hizo voltear y ver a alguien familiar... -¿Sr. Frost?... ¿Qué hace a...?...- El tejón no le dejo ni terminar de hablar cuando mostró sus intenciones de acompañar a la joven Yaxley. Ella dejó de lado su preocupación por un lado pues no quería arrastrar a nadie pero no podía negar que contar con la ayuda de alguien sería más fácil rescatar a Mufy -No será fácil Sr. Frost...- dijo ella pasando sus dedos por su melena, sintiendo algo frío... -¿Hielo?... -

-Pero se ve animado...Creo que el entrenamiento matutino no fue suficiente para usted... Cuento con su ayuda en la misión "Rescate a Mufy" y sin duda le pagaré a futuro- Y como si se tratase de un trato, ella tomo la mano libre de varita del Sr. Frost con ambas manos como agradecimiento y luego dio un par de palmadas en el dorso de esta. - ¿Acromántulas?... Criaturas ingeniosas pero muy peligrosas... Podrías hacerte rico con vender su veneno... Podrías comprar más de esa hierba que fumas... Umm, cierto... Tenemos prisa...Lo dejo... Si, mejor nos vamos-  

El camino al castillo fue un tanto problemático, y aunque ambos no se habían encontrado con nadie, esquivar las bolas de fuego no era una tarea simple pero con los hechios habían logrado llegar cerca de las paredes del castillo. Ella respiro profundamente al sentie el frío de las piedras de la construcción. -Sé que no soy buena en deportes... pero mi resistencia es pésima...- Descansaron unos minutos antes de pensar como entrar, sin duda la ayuda del Sr. Frost sería fundamental... -¿Alguna idea?... Si fuera yo sola, me hubiera ido por la puerta principal- Le vio a la cara, mostrando su falta de racionalidad en diversas situaciones... -Seguro que nunca pensaste hacer eso por un calamar... ¿no es así?-

-Ahhhh... Olvidé que proviene de una gran familia, Sr. Frost- Acotó ella sin mucho problema, quizá porque ella pensó que él sería libre de su familia por la forma de pensar pero muy probablemente Seirin estaba equivocada. -Si y no... Es un calamar gigante pero aun es bebé, solo mide unos 20 cm máximo... Si se desarrolla bien, llegará a unos 20 metros, y eso Sr. Frost... Será muy hermoso y asombrante de ver. Le cuido lo mejor posible, quiero que sea feliz sin remordimientos- y sin querer ella levantó su pequeño puño en alto como si fuese una meta que si o si debía cumplir, y conociendo como era la Slytherin era muy probable que lo lograra. -Exacto... Si me llevas ahí, las mazmorras no serán un gran problema... Dudo que sea la primera opción de los revolucionarios pero habrá que ser precavidos- REalmente era mucho más fácil buscar a las otras tres casas, que vivían de cierta forma más externa que los de la casa verde. -Nunca esperé sentirme tan aliviada de vivir en aquel lugubre lugar-  

La situación no parecía haber cambiado, aún había ataques pero no parecía haber tantos destrozos, aunque algunas veces el crepitar de las paredes informaban el impacto de las bolas de fuego sobre las superficies rocosamente pulidas del castillo. Seirin Yaxley, que era conocido por ser alguien muy atrevida muchas veces o mejor dicho sin razón, siguió de cerca los pasos del tejón. Tomó una de las ligas que estaba en su muleca y amarro sus cabellos negros en una gran coleta, el ambiente había hecho que se sintiera un poco exaltada y muchas veces el cabello largo había sido incómodo para ella... - ¿Porqué... dice usted?...- ella parapedeó varias veces intenando entender la pregunta y como responderla de forma normal. -Yo le respondo con un... ¿Porqué no?... No creo que sea tan diferente de otro animal... Todos son maravillosos a su manera... Puede llamarme loca pero cada vez que los veo, especialmente con los que pasó más tiempo puedo ver como una leve aura o halo dorado que les rodea, como si fueran lo único en lo cual me perdería... A Mufy lo compré. Bueno, como llegó no interesa pero ahora es mi responsabilidad además son seres muy cariñosos- Gruñó un poco al decir lo último, y aunque ella misma estaba en contra de comprar (contrabando) animales, realmente siendo una estudiante como lo era ahora, no podía dedicarse a cuidar, proteger y mucho menos rescatar animales. Pues no ganaba ni su propio dinero, ni tenía su propio lugar personal o "Santuario" en donde pudiera cuidarlos.

Mientras ella hablaba, habían caminado más hacia la derecha, donde el Sr. Frost estaba tocando la pared como si buscara una piedra o un adorno sobresaliente, quizá había mecanismos para abrir los pasadizos en vez de usar una contraseña o trampas que antiguamente se usaba para defender la escuela. Tan pronto como lo pensó, Seirin escuchó un "click" y después de un ruido algo fuerte cubierto por un "BOOM" del proyectil de fuego, una puerta corrediza reveló un lugar secreto que lamentablemente parecía ser más un pequeño espacio donde una persona podía esconderse. Tenía algunas mantas de procedencia poco fiable, pues tenían un color muy desgastado, algunos libros pero nada más... -Ummm... No parece ser un lugar muy malo sino fuera por Mufy... - No quería demorar mucho, pero también era consciente que si se ponía histérica no ayudaría en nada a salvar a su lindo calamar bebé.

-¿Qué?... Claro que no.... - Seirin Yaxley intnetó hacerse la ofendida mas ella sabía en el fondo que no iba a funcionar así que simplemente chasqueó su lengua en forma de reproche. -Tsk... No me siento orgulloso de ello... Pero por ahora, es mi única forma de envolverme en asuntos de criaturas en la comunidad mágica...- No mentía sobre eso, y esperaba que muy en el futuro ella tuviese su propio poder y fuerza para no depender del mercado negro o traficantes para intentar rescatar varias criaturas. -!¿Flacucha Insípida?!...- no pudo evitar alzar la voz como si se ofendiera y menos pudo evitar darle una mirada de reproche total al Sr. Frost por tales insultos... Ella sabía que no era alguien voluptuosa como muchas muchachas de su edad, pero ella estaba conforme y muy feliz con el desarrollo de su propio cuerpo a pesar que las otras damas de su familia habían mostrado tener porte de mujeres maduras y no chiquillas. Seirin levantó su brazo derecho, se remangó la ropa hasta el codo y dio una leve palmada con su izquierda mientras se explicaba - Soy de crescimiento lento pero le aseguro que tengo huesos fuertes... Y no, no lo he pensado ni deseo ser Animago... No es lo mío-

-Nadie le ha dicho que sabe demasiado de los "maricas" de Gryffindor... Es acaso un... ¿fanático oculto de ellos?... Si lo es, por favor permitase el mentirme descaradamente sobre ello- Bajaron las escaleras hasta que ella pudo sentir el aroma de humedad proveniente de las mazmorras, lo que significaba que ambos estaban cerca, muy cerca de su objetivo. -Eso no fue bueno- susurró ella al ver al revolucionario que parecía tener la mirada fija em ambos estudiantes aunque no se le veía la cara por nada. -!Jo!... !Por Merlín!...- ella gritó por bajo al esquivar po milagro el proyectil de fuego, escondiéndose en un pilar cercano al librero del tejón. -Si mis pantys guardaran algo así. No cree que Mufy estaría resguardado desde hace mucho tiempo...- Respondió con ligera frustración ante esa pregunta, aunque ni cuenta se había dado que acababa de dar la idea de un calamar en su ropa interior.... Demasiado perturbador.

-Debemos ir por el corredor de la izquierda, bajar las escaleras dos niveles, girar a la derecha y ahí habrá un muro de piedra... Ese es la entrada a la sala común y dormitorios- !BOOM!... otra bola de fuego impactó en la pared a lado de la pelinegra quién se asustó por el tremendo ruido. -¿Ruido?- Si tan solo ella encontrara un poco de detonadores trampas o polvo peruano de la oscuridad sería de gran ayuda, y estaba segura que la prefecta de su año y justamente colega de cuarto debía confiscar ciertos productos, lo que le daba otra razón para llegar a su dormitorio. -Sr. Frost. Yo lo distraeré y le toca a usted atacar... ¿Vale?- ni siquiera espero la respuesta del jugador de rugby cuando salió del pilar gateando por el suelo con cuidado, mientras tomaba varios objetos diversos explayados por el suelo y comenzaba a lanzarlos hacia el lado contrario de Andrew. Agradecía que los pasillos que caracterizaban a Slytherin eran tan oscuros que ni siquiera las antorchas podían iluminar todo el recinto.

Luego de algunos minutos, Seirin hizó más ruido, logrando que otra bola de fuego pasará cerca de ella, lo que la hizo gritar, revelándose a sí misma al enemigo que levantaba la varita contra ella, mas que al final resultó golpeado por el "Expelliarmus" de Andrew Frost, que no solo logró desarmarlo sino que lo mandó a volar unos metros. -Sorprendente...- No había tiempo para más halagos, así que ambos andaron por el largo corredor hasta que encontraron las escaleras a los niveles bajos, mas antes de poder avanzar lo suficiente... Dos nuevos revolucionarios aparecieron a la vista de ambos estudiantes. -Sabes, unos tacles tuyos deberían ayudarnos muy bien...-

Ciertamente... Pero tampoco nada le impide "batear" para ambos lados ¿no?- sin darse cuenta estiró su cuerpo lo suficiente para dejarse ver por el tejón mientras le daba un Ok con su pulgar a modo de entendimiento, se lo dijo especialmente por esa respuesta nada agradable sobre ser insípida. -¿Cómo sabe él si soy insípida o no? ... Qué descarado- Pensó la pelinegra. Muchas veces sorprendió a su propia familia sobre su comportamiento ambiguo, pues algunas veces mostraba verguenza por las cosas simples mientras otras veces se comportaba como una descarada completa.... Sólo Seirin Yaxley podía ser capaz de hacer ese tipo de comentarios y comportamiento, y realmente agradecía que muchos de ellos se quedaran solo en su memoria.

El Sr. Frost era rápido y preciso, ella no lo podía negar, pues en poco tiempo había reducido al revolucionario en nada. -Nada mal, nada mal... Mufy estaría sorprendido- habló mientras observaba de cerca todo, practicamente ella no tenía nada que hacer pues Frost se estaba encargando de todo. Seirin se acercó y se oculto tras de él, era lo suficientemente grande para cubrirla por completo. Ella asomó la cabeza a tiempo para escuchar el "plop" y ver los cuerpos de los atacantes caer al piso. Alzó la vista y le vió mientras le "reprimía sobre sus tácticas mágicas" -Bueno, antes que una maga soy una cuidadora de criaturas mágicas... Y... A pesar de todo no me entra la idea de atacar a otros... ¿Aún?- Alzó los hombros desestimando sus propias palabras. Era muy mala expresándose sobre ese tema, sabía magia ofensiva aunque prefería usar magia defensiva casi siempre, pero no quería entablar esa conversación por ahora así que mientras se acercaba a la entrada a la sala común decidió mentir. -Nahh... Seriamente, con el Sr. Frost aquí no necesito hacer nada- Sonrió confiante... -Sangre Pura- dijo, y pronto se hizo visible la entrada, por la cual ambos entraron rápidamente.

Dentro parecía todo un desastre, y para Seirin eso no le daba buena espina. Habían libros, papeles y plumas desparramados por todas partes, y ella no sabía si era causado por que los revolucionarios habían entrado o los alumnos habían salido despavoridos por el ataque. Y sin duda, el ambiente tétrico e la sala común no ayudaba. -Dejaría al Sr Frost vigilando aquí pero no creo que sea buena idea. Si algún Slytherin te ve, eso creará un grande problema, y no va a importar si estábamos bajo ataque. Los Slytherin somos muy complicados- Le llamó y esperando que estuviera tras ella,  caminó hasta el final de la sala donde la fogata, solo que a la derecha donde se apreciaba unas pequeñas gradas que dirigían hacia otro amplio corredor... Los dormitorios femeninos.

Entró al tercer cuarto del lado izquierdo, y como esperaba no había nadie allí, se agachó al instante debajo de su cama y vio que Mufy seguía durmiendo como si nada pasara,  de inmediato tomó la mochila que llevaba sus cuadernos y apuntes, lanzó todo al suelo, ella tomó la pecera con cuidado, lanzó un hechizo de protección a la pecera, otro para evitar que el vidrio se quebrase, y otro para que el agua no se resbale de la pecera, luego colocó todo dentro de su mochila. -Será mejor irnos, debe haber mucha más gente- Cuando ambos llegaron a la sala común, había dos personas paradas en el centro de la habitación.

-No me atrevería a tanto descaro. Sr. Frost... Aún no cumplo mis deberes- respondió ella con sorna y una sonrisa ladina, recordando aquella noche en las cocinas, si bien era alguien impulsiva y muchas veces tonta, no iba a caer en ese juego de nuevo así, sino iba a quedarse como alguien sumamente necesitada aunque lo de Seirin era mucho más curiosidad que placer... -Sexo con el Sr. Frost... !Nunca!... Es más... !Sexo con nadie!- pensó la Slytherin y sin querer asintió fuertementec con su cabeza a sus palabras.

-Ahhh.... ¡¡¡¡Bendito Salazar!!!!.... ¿Porqué ahora?... Tragueme GRAN calamar gigante del lago- ella no esperaba que especialmente esas dos estúpidas regresaran y mostraran su interés en el tejón a su lado. Las populares o "waifus" de la casa verde, o mejor dicho las que más follaban en la sala común y los dormitorios. Era normal que ellas vieran a adolescentes de otras casas pasarse por aquí para sosegar el fuego que tenían entre sus piernas pero nunca antes les habían parado ni importado nada de gente que no estaban interesadas y ahora estaban aquí, cuestionando a la joven Yaxley. Ella iba a responder, pero había olvidado que con quien estaba tenía una lengua muy afilada para alguien que parecía tranquilo.

-¿QUÉ?...- La cara de Seirin era todo un poema, pero afortunadamente ambas chicas estaban tan atentas a Frost que ni prestaron para ver si la joven Yaxley concordaba con la historia. -Tampoco es que los de quidditch pudieran tener un heredero, los niños no nacen por el ano- soltó ella simplemente sin fijarse que estaba empeorando la situación para las señoritas que estaban ahora más pálidas. -Merlin nos salve si tiene mi actitud.... Se meterá en todo tipo de problemas- llevó una mano a la cara pensando que algo así sería muy desastroso mientras intentaba no reír en la cara de todos. - Cierto Sr. Frost... Antes de "cruzarte" con cualquiera. Piensa... -Realmente había dicho "cruzar"?... Sin duda Seirin no tenía propiedad muchas veces. -... Lo mejor es mejorar el linaje, y nada que dos buenas familias de sangre pura- Sabía que era una actuación, pero quería matarse en ese momento, esas palabras eran un clásico anti-Seirin, que no la reflejaba para nada pero si a su padre y madre.

Yaxey acomodó su mochila con cuidado, no quería atormentar a Mufy, y sin decir más salieron de la sala común. -Ahhhh... Qué suerte la mía... Espero esas dos se queden calladas... Pero sino.... Bueno, que más dá... Quizá el jefe de casa me haga una prueba de embarazo- enfatizó alzando los hombros, desestimando la idea mientras se volvía hacia su acompañante con una mirada llena de fuego. -Ya que Mufy está a salvo, vámonos... Nos toca el resto... A la sala de criaturas mágicas- Alzó su puño en alto, como toda una chica ruidosa que aparentaba saber todo. Ella suponía que el profesor ya había tomado medidas preventivas, pero nunca estaba demás verificar además que con tremendo ruido estaba segura que los escarbatos "Nifflers" estaban buscando la oportunidad de escapar. La sala tenía poderosos hechizos y espacios secretos que permitían  a uno guardar a las criaturas como protección, y por tanto, aquel lugar era el mejor para dejar a Mufy. -Thomp y Ruther deben estar ansiosos. Vamos por aquí, saldremos cerca de la biblioteca y podremos llegar allá más rápido. Ahí puede esconderse si desea, o si gusta ser parte de un "GRAN" cambio al defender el castillo, me avisa... Con gusto tenemos ciertos líquidos peligrosos que pueden ayudarnos- ella le sonrió felinamente al recordar todo lo que podían usar.

-¿Mi actitud?- reprochó la pleinegra sin querer, y bueno no es que ella fuera la más tranquila de las mujeres, ella sabía que era un tanto explosiva y demasiado expresiva en varios momentos, aunque dichosos momentos estuvieran relacionados a bestias o criaturas mágicas. Ella, la joven Yaxley anduvo lo más rápido posible para llegar a su destino sin evitar darle más conversación -¿Oh?... No se preocupe, soy alguien demasiado generosa...- Sonrió ladinamente intentando desestimar la idea que ella era la primera. "Shu Shu... Sal de mi cabeza"... - Además parece que ellas han tomado interés en usted... Cuando todo esto acabe seguro que le buscan... Así que solo espere pacientemente- Luego de ello, giraron sobre un corredor, derecha, izquierda, bajaron unas gradas , subieron otras, llegaron a la biblioteca hasta que lograron salir del castillo. Y si bien el corredor principal hubiera aligerado el camino, la serpiente optó por algo más seguro ya que Mufy estaba con ella.

-¿Serio?... Sinceramente, siempre lo ví como una mezcla de ambos... De mañana un luchador y de noche un amante... ¿Quizá mi percepción estaba equivocada? ... No me culpo, no soy capaz de entender del todo el comportamiento humano- Abrió la compuerta de la sala de Criaturas mágicas, y se adentró rápidamente con el Sr. Frost, trancaron la puerta por dentro por seguridad y lo primero que ella hizo, fue sacar de la mochila a su calamar y colocarlo en un estanque improvisado que había preparado con antecedencia. -Luces bien... Duerme un poco, necesitas crecer grande y fuerte- Cruzó la habitación y entró a un pequeño espacio que luego se agrandó por magia. -Ahí están... Thomp, Ruther... Gracias a Merlín que no salieron- se agachó ante los escarbatos, mientras sacaba dos monedas del bolsillo de sus jeans, causando una gran reacción en ambos animales, que se alzaron sobre sus cuatro patitas y meneaban un poco su trasero como si fueran unos lindos perritos con hocico de ornitorrinco. -Uno para cada uno... Ahor... !!-

Ella no le había escuchado por tener su atención toda en los nifflers, y por ello cuando le vislumbró nuevamente se quedó callada con la boca abierta, observando de derecha a izquierda, por si se había perdido algo... Frost lucía otra ropa, y ella internamente se preguntaba en que momento, como y porqué se había cambiado... Bajó la mirada hacia su pequeño reloj verificando la hora pero se detuvo antes y comenzó a divagar internamente, había situaciones en las cuales se perdía en el tiempo por tratar con animales, y ahora ella temía algo así -Será que me pasé horas con los nifflers, que el Sr. Frost se ha marchado, ha almorzado, tomado un baño y luego se ha cambiado de ropa... Veamos...- aspiró con su nariz varias veces intentando sentir el olor a jabón, shampoo y quizá perfume... Pero nada... -Entonces, la hora dice... No ha pasado mucho tiempo... Entonces... ¿Magia?... Oh claro, somos magos... Lo había olvidado- intentó no verse como una miserable delante de él, aunque era claro que todo lo había dicho en su mente pero muchos habían dicho que Seirin Yaxley era fácil de leer.

-¿Qué tiene que ver las rodillas con el sexo?- Preguntó de forma curiosa sin entender a lo que se refería. Luego todo cambió, la pelinegra no pudo evitar petrificarse un poco ante esas palabras... Él se iba. Seirin pensó que la idea era interesante, así podría alejarse de su familia, de su estilo de vida y vivir como ella quisiese, dedicándose de por vida a su trabajo con criaturas y viajes pero... ¿Sería ella capaz de salir adelante sola?... El que aceptase la idea de marcharse ahora con el tejón, no significaba que viajarían juntos es más Yaxley estaba segura que tomarían caminos separados una vez saliesen de los terrenos de Hogwarts... -Yo sé que puedo hacerlo, pero no será tan fácil- Ella lo sabía pero hacerlo ahora sin haber terminado sus preparativos causaría que tuviera que dejar muchas de las criaturas que planeaba llevar con ella atrás... Y eso era algo que ella no podía hacer, por  lo menos no ahora.

-Espero que le vaya bien... ¿Necesita alguna ayuda para poder salir de aquí?-

No necesitaba decir más nada, se ofrecía a ayudarle a salir, quizá hacer de señuelo podría ayudarle a pasar desapercibido. Seirin guardó a todas las criaturas en sus respectivos lugares, mientras tomaba asiento en una de las sillas que acompañaban una pequeña mesa. Los ruidos de afuera perdían fuerza quizá los revolucionarios estaban perdiendo contra las fuerzas de Hogwarts y cuando todo se calmase la oportunidad que el Sr. Frost podría perderse -Parece muy seguro de irse... Bueno, creo que sería lo mejor si es ahora... La revuelta ayudará a su salida... Ha pensado como salir, puedo generar un señuelo que llame la atención de ambos bandos-

Seirin alzó los hombros ante sus comentarios, no iba a negar algo tan obvio como que no sabía ser sociable o gente como decía su familia. -No le han dicho que habla mucho de su lengua... Debe estar orgullosa de esa "parte" específicamente... Parece multifuncional- comentó sin saber si estaba feliz de hacerlo, pues daba hincapie a seguir con un tema un tanto bizarro para ella. Ya habían hablado de más sobre ello, y debían enfocarse en como el Sr Frost iba a dejar Hogwarts.

-WROAAAAAR- En ese instante ella se petrificó. -No puede... ser verdad... No... ¿De... donde? ¿Como... se... atreven?- habló entrecortadamente pues se negaba a aceptar un hecho tan absurdo. Como lo era el uso de dragones como armas de guerra. Luego de la segunda guerra mágica y mundial, se había establecido una ley protectora especialmente para dragones, dejando su uso solo en caso de suma urgencia como una guerra pero ese no era el caso actualmente... Era solo una mera revolución de dos grupos sociales con políticas diferentes.... -!Esa mujer!... !Ella!- solo podía ser la responsable de aquel acto tan cobarde contra animales indefensos y personas por igual.

Ultimamente la comunidad mágica había estado empezando a aceptar a los dragones como una raza que debía ser protegida pero con esa movida de hoy, todos los padres que habían o iban a perder a sus hijos iban a crucificar no solo a los rebeldes sino que a todas las bestias, marcándolos por el resto de sus vidas como asesinos con escamas y dientes filudos. Si los revolucionarios ganabn serían usado solo como armas de guerra. Y en el caso que el MOM ganase, el tratamiento de recuperación de dragones sería costoso y nadie aceptaría, por lo cual significaba que serían sacrificados... -Em ambos casos... Moriran- apretó sus puños con fuerza, hasta volverlos blancos por su enojo. -Cálmate Seirin... No es el momento-

-Quizá sea capaz pero tendría que tratar mucho tiempo con ellos... Justo lo que no tengo ahora- quería llevarse un colacuerno pero sabía que sería imposible al menos por ahora. Necesitaba más personas y mejores opciones que una revolución. -Supongo que está decidido... No hay tiempo que perder...- Agradecía que estuvieran en la sala de aula, pues la oficina del profesor estaba al cruzar la puerta de la izquierda. -"Alohomora"- la puerta se abrió de par en par, y la pelinegra se adentró buscando aquel objeto que la ayudaría. Había sido un obsequio de un ex-alumno de hace muchos pero muchos años hacia su profesor... No era un objeto nuevo pues el dueño original había conseguido otro igual y nuevo por lo que había optado por dar como regalo a uno de sus preciados estudiantes en esa época, el profesor de Seirin Yaxley.

-Aquí está- dijo luego de haber movido varias cajas y estantes de libros, el objeto estaba guardado entre unos paños que lo protegían del polvo y humedad. Parecía estar en codiciones buenas, así que decidió que optaría por llevárselo y esperaba que su profesor no se sintiera ofendido por su elección. Salió nuevamente a la sala de los animales y le mostró  al Sr. Frost que parecía curioso por lo que ella hacía. La Slytherin levantó el objeto con su diestra y se lo mostró por unos segundos al tejón... La mirada que recibió de él, era como decirle que no entendía... Obviamente pues frente a él, solo había una maleta vieja.

-El profesor me lo mostró cuando estaba en mi tercer año, nunca lo usamos, pero los ambientes están en óptimas condiciones así que no necesitaré hacer mucho, es mas... casi nada por ahora...- Depositó la maleta sobre el suelo y la abrió, mostrando los inicios de una escalera. -Regresaré en un momento..- ella bajó por las gradas no sin antes tomar varias cajas con diferentes líquidos, semillas de plantas, suministros y artilugios necesarios, luego ella desapareció dentro de la maleta. En solo diez minutos volvió nuevamente y esta vez con ayuda del Sr. Frost, ambos colocaron a todos los animales dentro de la maleta (incluido Mufy claro) y en su propio habitat. Colocó varios hechizos protectores, de movimiento, y cerradura, justamente lo que mejor le daba hacer. -Es hora de irnos... Entonces ha decidido como lo haremos- se quitó la ropa llamativa y se quedó con solo un par de jeans, una camiseta y su varita.

Seirin Yaxley no dijo nada, era lo mejor, tan solo guardó silencio y se acercó al tejón lo suficiente como para entrar en su rango de hechizo. Una aire frío le rodeo el cuerpo y la slytherin no pudo evitar preguntarse que si se hubiera animado a quedarse podría haber atrapado un Colacuerno... Suspiró fuertemente ante esa orgásmica idea, de solo pensarlo sentía que la adrenalina subía a su cabeza de forma abrupta. -No,no,no... no es el momento- se dijo mentalmente, sacudiendo la cabeza mientras se acercaban a su objetivo... el puente a la salida del colegio. Observó de reojo la maleta que tenía en su izquierda dejando su derecha libre para cualquier ataque/defensa... -Todo bien por ahora... Todo...-  

Sus pensamientos murieron con el hablar del Sr. Frost... y con ello, el silencio los embargó. La pelinegra obsrvó al frente y los vio, dos de los revolucionarios, de esos locas usa-dragones-para-guerra. -Concuerdo... Uno a uno... Eso es mejor que nada... Ok, puedo hacerlo... Un par de líquidos raros sobre ellos y tendrán cocera y ardor por todo un día entero- Susurro esto último con una ligera emoción, obviamente no por la idea de hacer daño a otro ser humano, meh.. sinceramente no le importaba mucho, sino por la idea e su libertad y el de los animales. -Sr. Frost...- le observó detenidamente unos segundos antes de hablar... -No le han dicho que tiene cierto fetiche con el hielo- luego dejó la maleta atrás de un pedestal con cuidado y sin hacer ruido -No te la juegues Seirin... No te atrevas- se dijo a si misma.

Ella sacó un pequeño frasco de su ropa, era un color verdoso claro, no era lo que quería pero eso iba a a servirle... o eso esperaba. Frunció el ceño levemente y se la pasó al tejón rápidamente, la joven Yaxley ni necesitó hablar, su colega entendió y de inmediato aprovechando el descuido de ambos hombres lanzó el frasco que cayó a los pies de los revolucionarios. -Bendito rugby- susurró Seirin... !CRASH! ... Los adultos reaccionaron, sacaron sus varitas y les apuntaron todo de forma rápida más un segundo después... Ambos comenzaron a moverse de forma extraña... Sus ojos lucían saltones, sudaban mucho, sus pies y brazos se agitaban y se carcajeaban impidiendo que recitaran hechizos de forma segura... Todo se veía tan fuera de lugar y random, que parecía sacado de una película de humor barata.

-!Desmaius!- gritó Seirin derribando a uno, mientras Frost se encargaba del otro. De forma milagrosa, los estudiantes lograron librarse de ambos enemigos. -Filtro Alihotsy... Causa histeria... Nunca lo había usado...- recogió su maleta y comenzaron a andar antes que otros llegaran. -Primera vez que veo efectos tan fuertes... Quizá deba reducir la cantidad- se rascó levemente la nariz evitando ver a su colega por cierta pena por lo ocurrido. -Nos vamos...-

-Ciertamente le hace honor a su apellido- Dijo la joven Yaxley, al ver caer a uno de sus atacantes como un bloque de hielo... !Literal!... !El hombre tenía por cabeza un bloque de hielo! Sin duda la fijación por lo frío y lo duro solo podía venir del tejón al lado de ella. El pobre hombre del mal cayó con un ruido seco "plaf".  Había que actuar y eso significaba que debían desaparecerlos y que mejor que en una ladera cercana donde sus cuerpos nunca más verían la luz del sol ni de una varita.

-Pero son unas lagartijas hermosas- Respondió ella observando las hermosas escamas de aquel lindo, precioso, majestuoso y magnánimo dragonzuelo. Era relativamente joven por el tamaño de su cuerpo y de sus dientes. Era un bebé recién dejando el nido. Muy probablemente ni había llegado a la adolescencia. Lo único fuera de lugar era que el hermoso bebé parecía estar siguiendo a esa bruja-bruja de mujer. -Deben tener especies más jovenes en cautiverio- Una pena sin duda usar especies jóvenes pues muchas veces no eran tan dóciles al entrenar, además que perdían nuy fácilmente su temperamento, ocasionando que sean sacrificados si no eran lo suficientemente dóciles. Aquel bebé frente a ella debía ser el resultado de un experimento donde muy probablemente solo él había sobrevivido.

Yaxley se adentró tanto en sus pensamientos que no escucho palabra alguna ni de sus enemigos ni menos de su colega. Ella estaba completamente ajena de todo el bodrio que se estaba anunciando. Su mirar perdido dejó la figura de ese dragón y pasó a otros más adultos, lleno de cicatrices y odio que exhumaban con cada inhlada de aire. Quitó la mirada de ese infierno viviente para ella y posó sus orbes en aquella humareda desastroza, sintiendo por fin el olor a quemado, dolor y pesar de lo que antes había sido un imponente castillo. Se sintió mal por ello, pero no más que eso, no había pena por sus colegas quizás por alguno que otro profesor pero ahí terminaba su inexistente dolor.

Se alejó junto a su colega, llevando entre sus brazos su hermoso tesoro que había podido rescatar. Un tesoro que aunque muchos la criticaran valía mucho más que las vidas perdidas ese día.

-Huevos y tocino- Confirmó la pelinegra luego de terminar de ojear el periódico local. ¿La situación?.... Fea, muy fea. Más que eso, todo era un caos. Tanto que los mismos reporteros parecían perdidos con toda la información divulgada al mismo tiempo. - Lo mismo que ayer... Más reformas en las leyes mágicas.... Anulación de ministerios como el de cuidado de los muggles y objetos no-magicos... Regulación de cria de animales. Ahora es un delito contra el MM criar cualquier animal que no sea un sapo, una rata o un gato- La joven largó el periódico sobre la mesa, en caso que la curiosidad de su "nuevo amigo" se incentivara a leer aunque no esperaba que eso sucediese pues no había más que infromación repetitiva. Sin duda el MM estaba regulando muy bien lo que salía o no a la luz. -Ahora solo falta que los revolucionarios creeen un ejército de sapos y gatos para ir a la guerra- Amarro sus cabellos con una liga pensando en la loca idea. -Me imagino de portada... Un sapo mascando la puntita de la cola de un colacuerno- Exteriorizó su sarcasmo, balbuceando cualquier mierda que se le venía a la cabeza, y enfantizando su monologo con sus manos como si tuviese la mejor de las ideas... -Quizá era hora de encontrar más sapos a los cuales entrenar.... ¿No existe aquel pueblo de América del sur que tiene sapos venenosos?....- E instantaneamente se detuvo cuando el aroma del pan recién horneado llegó a sus fosas nasales.

-¿Aquí?... Es más cómoda de lo que pensaba. Gracias por dejar quedarnos- obviamente ella y sus hermosos niños. -¿Mamá dificil, eh?... No problem, ni toará que estoy aqui- chasqueó con su dientes e hizo un simbolo de "ok" con sus dedos como una afirmación de que no causaría problemas. No juraba por Merlín, porque se conocía a si misma, y sabía que lo que mas quebraba en su vida era los juramentos a otros.

-Sr. Frost. Solo tenía que decirme que no podía usar el lugar, no era necesario saber el porqué- Acarició su propia frente, esperando que tal info abandonara su cabeza, antes de imaginar situaciones absurdas y nada puras de su hospedero. Zarandeó su mano, ahuyentando malos pensamientos, aunque no dudaba que aquel tejón había hehco lo imposible en aquel cuarto. Otro motivo sin duda de evitar ese lugar.

Un plato de huevos y tocinos se situó frente a ella, se veía delicioso a decir verdad, y aunque no lo fuera igual comería después de todo, ella no exigía mucho, no cuando sus habilidades de cocina eran de absurdamente nivel 0. -Y por cierto.... ¿Tu madre no dijo nada de poque abandono la escuela? -

-La rana... Lo digo por nosotros. ¿los revolucionarios? ¿los diferentes? ¿los raros?... Lo que sea... Nunca sabes si una rana te puede salvar la vida.... Y si soy "algo" sensible con ese tópico- chasqueó su lengua intentando minimizar ese problemita bien relacionado a cualquier animal. Por ahora lo mejor era retirarse y plantear bien sus siguientes pasos. Es por ello que la joven Yaxley no se inmutó cuando escuchó que no se quedarían muchos días allí, es más estaba pensando lo mismo por algunos motivos. Primero, debía buscar materiales y algunos ingredientes para el cuidado de criaturas. Segundo, quería alejarse cien por ciento de ese país, para evitar algún enfrentamiento familiar. Estaba muy segura que su padre estaba ayudando a esa bruja. Y tercero, no podía poner en riesgo a la madre del Sr. Frost.

Hogwarts tenía un sistema de registro mágico, por lo que los asaltantes del castillo ya debían saber quienes habían desaparecido. Podría levantarse una búsqueda, y aunque Seirin Yaxley dudaba de ello, no estaba de más ser precavidos... Claro que si .... - Será lo mejor- Dió una rápida mirada a su equipaje, sabiendo que era lo mejor.  Clavó su tenedor en un pedazo de tocino que llevo a la boca -Esto esta bueno-

-Y más rugby seguro...- Le cortó brevemente más igual él Sr. Helado siguió hablando ignorando el comentario de Yaxley. -Mmm .... ¿Traición a quien? ... ¿A la sangre? ...- Ella entrecerró los ojos observándole detalladamente. No esperaba que él especialmente hablara sobre eso, ella misma era la loca que hacía berrinches de "No soy igual a ellos" "No me interesa el linaje" bla bla y más bla bla bla.... En fin... !Bla!. -¿Qué de bueno tiene ser inmortal?.... Susurró ella pensativa aunque por el poco ruido de fondo (solo los ñam ñam ñam) era seguro que Frost le había escuchado...  Cuando se le ocurrió una gran idea, o al menos lo era para ella. -Olvidelo.... Si logra su objetivo avíseme por favor... Me gustaría mejorar los habitats de muchas criaturas, incluido los dragones... Pero estos viven muchos años... Así que cuando muera, el Sr. Frost puede darles una ojeada- levantó sus pulgares, esperando una afirmación positiva.... ¿quizá?.

-Debí suponer que sería por algo como eso.... - Yaxley dió una risada simple y hasta sarcástica por que no esperaba menos del amante del sexo que tenía por colega. -!Ja!  Pero eso es ahora, en todos esos años de inmortalidad puede nacer el gusto por ellos- La pelinegra le dió una mirada de "Vamos, metete de lleno con dragones. No te arrepentirás." -Además, si confian en el Sr. Frost no le quemaran hasta hacerle cenizas- MAsticó un poco de pan, mezclándolo con el tocino para mejorar su sabor y bajarle algo de lo salado que estaba. Y n es que la comida estuviera mal, es solo que ella consumía poca sal y azucar en las cosas que muchos podían pensar que no comí nada.

-¿Yo?...- se señaló a si misma la Slytherin, mostrando una cara confusa ante tales palabras. Nunca lo había pensado, ni un solo segundo.... Bueno, solo ahora... Y  la idea era muy tentadora pero ciertamente el gusto le duró un segundo y desapareció, mostrando ella ser reacia a la idea. -No me parece... Podría ayudar, pero ... siento que no podría- Alejó tales pensamientos sacudiendo su cabeza levemente. Era demasiado problemático pensar en ello, y ella había decidido vivir las cosas sin pensar demasiado. Solo vivir, nada maás.

-Mañana será- afirmó con los pulgares en alto. No era eso lo que los no magos hacian cuando aceptaban algo. Bueno lo que sea. Ayudó en lo que pudo a ordenar la mesa, y luego amablemente se negó a lo de la fiesta. -Uh oh... Gracias. No es lo mió. Las fiestas y todo eso. Pero diviertase.... Parece que los días serán ajetreados- se despidió y comenzó a organizar sus cosas, debía visitar a los niños antes de dormir, y no eran pocos, por lo que debía comenzar ahora. Yaxley comenzó a bajar los peldaños, pero antes de desaparecer en la maleta... -La cerveza de mantequilla no es tan mala.... !Ah!... Y estaré aqui abajo, así que puede usar su cuarto a comodidad- Y luego no se vió más de ella por esa noche.