[ww] Outstanding magical theory

Datos base:

•Nombre/Edad/Casa: Seirin Yaxley / 17 / Slytherin
•Año: 7mo (predefinido)
•Personalidad: Lo normal se podría decir, alegre cuando quiere y una amargada cuando esta enojada. Le gustan los animales y toda criatura viviente, no importandole ponerse en riesgo.
•Apariencia: Cabello negro y largo, tez clara, ojos un tanto rasgados.

Spoiler:

•Disciplinas:

-Transformación: 4/5
-DCAO: 3/5
-Encantamientos: 4/5
-Pociones: 4/5
-Astronomía: 1/5
-Historia: 2/5
-Herbología: 5/5
-Cuidado de Criaturas Mágicas: 5/5
-Runas Antiguas: 3/5


•Hechizos:

-Accio: Hechizo que permite atraer un objeto a las manos del lanzador, incluso a una distancia significativa.
-Reparo: Hechizo usado para reparar un objeto roto o destruido así como construcciones, dejándolo como nuevo.
-Protego: Hechizo que genera una barrera invisible que permite bloquear y desviar hechizos enemigos y ataques físicos.

Era tarde, absurdamente tarde para una de sus últimas clases del día, a la que había estado obligada asistir para cumplir sus creditos antes de su graduación. Una clase llena de basura a percepción de ella, pues sinceramente no aprendía absolutamente nada valioso de aquella mujer, como algo que pudiese ayudarle en un futuro, es más siempre había tenido que escuchar sus reprimendas sobre sus horarios de llegada y sus gustos muy personales sobre las criaturas mágicas. No era culpa de ella que la clase de herbología, una de sus muy favoritas cabe mencionar, fuera predecesora de una de las que más odiaba. Tampoco era que justificaba su tardanza pero siempre se quedaba tan enfocada en aprender sobre nuevas plantas con las que podría alimentar o salvar la vida de un ser vivo que estar leyendo una taza de café con barro depositado en el fondo como forma de adivinación.

La pelinegra subió las escaleras hacia la torre del norte en el corredor del séptim piso a toda prisa para evitar una nueva reprimenda aunque estaba segura que igual lo recibiría pues no había más nadie intentando llegar a clase, lo que significaba que era la última. -!Por Merlín!... Espero que esa mujer no esté tan insoportable... Debí haber intentado reprobar mi TIMO de adivinación así no estaría sufriendo- se quejó ella llegando a la puerta de la bendita clase donde una muy amena profesora le recibía con una sonrisa de oreja a oreja, que para ella era muy espeluznante.

-!Señorita Yaxley, es bueno ver que nos sigue honrando son su presencia!- Dijo con sorna mientras varios idiotas de su misma casa se reían de ella. "Lo típico" penso la pelinegra luego de escuchar las mofas de los Slytherin sobre que sus actos de amor por la naturaleza y seres vivos no eran dignos de los de casa verde plateado. Igualmente se adentró en silencio, sentándose en una mesa con un Huffelpuff y observando su reloj con la esperanza de que todo pasará rápido.

Se sentó de muy mala gana, dejando a su costado y en el suelo, la mochila llena de libros pesados que siempre cargaba para todas sus horas de aula. Agarró su cuaderno de anotaciones sobre adivinación y a la par otro libro pequeño de herbología, que muy amablemente el profesor le había prestado, del cual podria aprovechar para leer cuando la profesora de adivinación no la estuviera viendo. -Bien... !ouch!- Cerró con fuerza de más su mochila, que terminó golpeandose la mano con la mesa, cuando vió un caramelo rodar hasta sus dedos. Se olvidó inmeditamente la zona golpeadada mientras tomaba entre sus dedos el dulce con mucha curiosidad. "De donde has venido tú" se preguntó mas un segundo después ladeó la cabeza para ver al alumno sentado a su lado, un Hufflepuff.

Instintivamente le dió una mirada perspicaz, alzando una de sus cejas y ladeando la cabeza levemente como si preguntara..."Es esta tu lastima por mi. Tejón. Un caramelo?" Ella dió un leve bufido para ocultar su risa ante sus pensamientos fuera de lugar, esperando no llamar la atención de nadie. Cuando la btuja mayor comenzó a hablar, destruyó la envoltura del dulce y lo colocó en su boca rápidamente para evitar testigos. El sabor a frutas dulzonas invadió su boca como una explosión de varios sabores juntos entremezclados, ella realmente no era apegada a comer cosas dulces pues no recordaba la última vez que había probado uno de esos snacks. Y por eso mismo optó por comerlo -Ojo interno y una mierda- Susurró por lo bajo mientras observaba la lampara frente a ella, con muy poca dedicación.

Abrío el cuaderno sin delicadeza alguna, ubicando la última página de una libreta con muy pocas hojas llenas y pocas anotaciones. -¿Uh?- reaccionó algo tarde a la seña de su compañero que solo pudo divagar cuando escuchó aquel hechizo ser lanzado. Ahora sin ladear la cabeza y mas bien girando medio cuerpo en la dirección de su colega, le observo con sorpresa por su actuar. -¿Hierba?... Claro...- asintió con demasiada gracia ante sus palabras. -Me sorprende tus agallas para hacer algo como esto frente a esa vieja. ¿No deberías ser un Gryffindor. Sr Frost?- le preguntó de forma graciosa como para amenizar aquella conversa, esperando no onfenderlo pero si lo hacía, que se joda. -Debo declinar por ahora, aún no termino el primero- Sin perder tiempo llevo su índice izquierdo a su mejilla, señalando donde estaba el primer caramelo.

-Seirin Yaxley, el placer es mío. Y ahora veo a donde van a parar las hojas asaltadas del invernadero- No pudo evitar asentir con su cabeza un par de veces como si le estuviera analizando. - No las uses demasiado o podrían darte problemas más adelante... Cuando estés casado y compartas cama- No todas las plantas traían ese tipo de consecuencias por eso eran usadas en diversas pociones pero igualmente le sonrió a modo de advertencia pues ahora recordaba al profesor de herbología que se reía de muy buena gana con todo ese asunto del supuesto robo.

-Es demasiado insoportable... No entiendo el porqué debemos perder tiempo en esto- Dijo lo suficientemente alto para que él le escuchara. -Preferiría estar en casa encerrada todo el día... No, mejor no... Sería igual de insoportable o peor... No, papá es muy estricto... Mejor un viaje, tantos lugares y criaturas que ver...- Ella le miró a los ojos directamente mientras le preguntaba - ¿Y tú?... ¿Que harás después de terminar?... Hogwarts digo... Aparte de seguir fumando...- alzó las manos para enfatizar sus palabras más luego cayó en la cuenta que habían más hierbas fuera del colegio. - Hey, Los muggles tienen muchas de esas cosas, no sé si son tan buenas ... Ya sabes... No creo que veas veelas pero tampoco creo que sea tan malo para ver leprechauns - dijo dándole un ligero cozado amigable.

-Ok, hablé demasiado...- se dejó caer con cuidado sobre la mesa mientras comenzaba a jugar con un caramelo entre sus dedos, por fuera todo parecía seguir su curso, la profesora estaba muy atenta a su libro muggle sobre historias de amor sobre principes y princesas que por poco y le daba arcadas. Y el resto de la clase parecía sumidos en sus adivinaciones, llenando sus cuadernos con vehemencia. Pues era bien sabido que todos conocían como lidiar con esa materia, solo tenías que esribir que todo te iba a salir mal con ideas muy extravagantes para conseguir un reporte con "Supera las expectativas" o "Extraordinario."

-Bueno eso puede ser ahora. Personas cambian. Sr. Frost. Y no se dan cuanta hasta que ya es demasiado tarde- sonrió como un gato ante sus propias palabras, quizá porque ella misma quería convencerse de eso en un futuro. Familia, eso no estaba en sus planes, tenía muchas cosas que hacer en su vida que estar trayendo hijos al mundo aunque sus padres no estaban felices con esa idea. Lo bueno, que ella tenía un hermano menor que sería capaz de suplir un heredero a la casa Yaxley, así que no había tanta presión para con ella. -¡Qué!... No way... Hahahaha- no pudo evitar reír ante tal monólogo. Pues nunca había esperado tal respuesta ni de las mentes más locas. -Grandes sueños. Sr. Frost. Sin duda grandes sueños... Espero pueda realizarlos. Me aseguraré de comprar el Profeta cuando vea su fotografía realizando tal azaña- ainsitó con la cabeza en forma de comprensión por tal idea. Por lo menos, escuchando a aquel joven, sus ideas no se veían tan descabelladas. -¿Ves mamá?.. No soy tan loca-

-!Ha! Ni en mis más turbias pesadillas trabajaría para unos burócratas. Especialmente para ella. La mejora del país sería que ellos desaparecieran al igual que sus reglas retrógradas, parece que retrocedemos en vez de avanzar. Acaso te parece agradable, que limiten los viajes internacionales por miedo a las profecías almacenadas que traeran disfortunios y cosas así o por el miedo a la mezcla de sangre puras con "mestizos"- enfatizó con sus manos aquella palabra que últimamente sonaba mal para muchas prestigiosas familias. -¿Donde estamos?... En 1945, los nazis magicos han vuelto o ¿algo así?- Ni siquiera ella sabía porque le molestaba tanto aquella idea, pero quizá porque había muchas más reglas absurdas para con las criaturas mágicas. -Oh no no no. Los recolectaría para quemar otra lugar- Sugerí sin ánimo de decirlo muy abiertamente por más que hubiera el hechizo lanzado, pues ella aún no estaba segura de cual sería la posición del tejón en una situación como está.

-Por fama y dinero se hace muchas cosas en esta vida. Pero.. Es bueno saber que usted no es uno de esos. Ciertamente, le ofrecería una cerveza de mantequilla en estos momentos sino fuera por que estamos en clase y en el castillo- dijo ella observando a la profesora de nuevo, mientras esta seguía leyendo. Sin problemas, o eso creía ella, cuando la mujer alzó la vista de su libro, frundiendo el ceño levemente en nuestra dirección y otras dos mesas, mas conociendo lo plana y floja que era aquella mujer, seguro prefería terminar el capítulo en el que estaba antes de cerrar el libro y abrirse paso en el salón de aula. -!Por favor!- hizó un ademán de haberse ofendido aunque estaba más bromeando, quizá el tejón tenía razón y a pesar de sus negativas tenía ese aire heredado por su padre y familia. -La política es muy problemática y aburrida, que de interesante tiene eso- se encogió de hombros , desestimando la idea. -No...- El ruido sordo de un libro cerrándose atravesó el salón, eliminando la tranquilidad y paz establecida. Y para Seirin, solo significaba una cosa, la profesora estaba de vuelta...

-Primeramente si fueras uno de esos sangre limpias, ni siquiera me hubieras hablado...- ella le dirigió una mirada burlesca antes de continuar hablando. -... Es imposible olvidar a un tipo con esos brazo, no?- ella se giró a tiempo para encarar a la maestra con una leve sonrisa de buena alumna, que de seguro ella ni se lo creía. Estaba por lanzar una carcajada pero se contuvo lo más que pudo, no iba a dejarse regañar por alborotadora aunque Andy no ayudaba en nada, al contarle aquella absurda predicción de dragones. -Hmm... Creo que no estan gritando, más bien parecen estar cantando en coro con los dragones mientras yo los dirijo como si fuera una orquesta. Ya sabe de esas óperas clásicas que se ven en los teatros y que últimamente abundan en  Londres. Y luego, en tres días exactamente, después de la hora de almuerzo y antes de la hora de esta clase sufriré un accidente... Nada malo parece- dijo tomando la tetera y ojeandolo como si fuese el mejor tesoro del mundo. -Leves contusiones en el cuerpo y... !Ah!... Me quebraré un brazo- ella le sonrió naturalmente mientras dejaba la tetera en la mesa.

La educadora comenzó a temblar levemente y la pelinegra no sabía si era por ira al hablarle tonterías o emoción por saber que un alumno iba a quebrarse algo. Le encantaba demasiado las cosas dolorosas a esa mujer, de seguro era praticamente del sado, ahora o algún momento de su vida. Pero muy agradablemente se anunció el fin de la hora de aula, y muchos de los alumnos abandonaron el salón pues estaban cansados de ver una tetera por más de una hora. -Creo que debo irme... Asuntos en la sala común de Slytherin- mencionó ella guardando su cuaderno de anotaciones en su morral y colocandolo sobre su hombro. -Señorita Yaxley, espere un momento- justo cuando ella estaba por atravesar la puerta hacia la escalinata. -Joder- pensó dándose vuelta y viendo a la maestra.

-Te quedarás a limpiar los instrumentos usados por tus compañeros de clase, una mano extra siempre es necesaria o por lo menos hasta de aquí tres días. No le parece?- hizo un ademán a las otras mesas mientras la pelinegra suspiraba de cansancio. --Señor Frost, sus predicciones no han sido mejores que las de Yaxley, si ayuda estaré agradecido pero si se niega, no lo detendre- Osea, un castigo para ella solita.

Cuando Andrew respondió eso, Seirin no pudo evitar darle una mirada de incredulidad, al ensanchar lo máximo posible sus ojos, algo así como un reclamo de "No deberías ayudarme, ya que estamos juntos en esto" para luego volver la cabeza al otro lado y chistar con al boca. Tsk. Fue lo único que se escuchó en el salón de aula, y gracias a Merlin nadie dijo nada sobre eso. Lo bueno, es que ahora tenía alguien más para ayudarle a limpiar los instrumentos de aula, así podría acabar más rápido e irse a su sala común a terminar su tarde golpeando su almohada por la frustración de lidiar con esa mujer mal humorada. Aunque el mirar de Andrew no le ayudaba a calmarse pues parecía disfrutar de la situación. -Lo que me faltaba, un voyerista de problemas de aula... ¿Cenar?.. Oh, claro... porque eres la única que tiene estómago- pensó refunfuñando un poco para luego calmarse, no sería una berrinchuda aunque en el fondo lo fuera, pero no lo haría en presencia de nadie.

-¿Estabas hablando en serio?- Eso sin duda la desencajó, pues esperaba que fuese una broma, pero no podía ser real o al menos para ella, pero podía ser muy real para Andrew. Y al seguirle el ritmo, él mostrándole la lámpara como si fuese un experto o un gurú de las profecías. La pelinegra se quedó ahí perpleja observando un monte de basura dentro del objeto. Antes de dar unos dos pasos hacia atrás y levantar ambas manos hacia el Sr. Frost. -Creo que debes ir a la enfermeria, mi amigo. Estás abusando mucho de ellas. Te puede fallar ambas... Ya sabes... ¿cabezas?- termino su oración susurrando levemente para evitar ser escuchada, aunque no había nadie más en el aula. Luego entendiendo lo que había dicho, tosió falsamente y tomó otra lámpara limpiándola cuidadosamente, lo que menos queria era quebrar esa cosa y haer más servicio comunitario.

-Pero no niego que sería interesante domar un dragón- La idea era loca, pero llamativa. Como no podría serlo, volar a grandes velocidades y alturas y que no fuera por una escoba. -Sería un gran partido de quidditch. Esquivando bludgers con dragones, aunque muchas de ellas serían quemadas en el proceso me temo. E imagina atrapar la snitch, definir quien ganó cuando revisen el excremento de que dragón se la comió- Comenzó ella a reír al imaginar a la jueza revisando popo de dragón. -Sería muy divertido, extraño pero divertido, peligroso pero divertido.- ladeó la cabeza de un lado a otro, mientras hablaba, no sabía si Andrew le estaba escuchando, o seguía limpiando o quizá fumando algo por ahí guardado. Mientras ella limpiaba cada láñpara y las colocaba en un estante mágico que las protegía del polvo.  -Agghhh... Quiero un dragón-

-¡Ja¡... Claro... Eso ni tu te lo crees, Sr. Frost- respondió de forma divertida ante la absurda insinuación/broma que se mandaba el tejón. - Aunque sería una investigación bastante interesante... !Hierva que mejora atributos de ambas cabezas!...- Dijo la pelinegra alzando ambas manos al lado de su cabeza como si observara esa frase en el aire. -Eso si lo veo publicado en el profeta- aisntió con fuerza ante esa premisa, las ideas que se manejaban no eran malas, es más hasta sospechaba que a su padre le daría una rabieta muy grande de solo escucharla, lo cual no era malo, si quería provocarlo. -Huhuhuhuh- rió por lo bajo ante aquel pensamiento.

-No es un deporte tan malo. Tiene sus puntos fuertes y malos... Además no es una idea tan fácil de aplicar, no me gustaría ver que los dragones fueran maltratados en el juego. Por lo contrario, un brazo o una pierna humana quebrada no es tanto drama... Eso ¿creo?- alzó ambos hombros, desestimando la idea mientras se alejaba para dejar la magia hacer su trabajo, uno que ella no quería hacer. -Hey, podrías haber hecho eso antes... Sabes... Ahorrar mi ¿sufrimiento?....- Alzó ambas cejas enfatizando su punto, pero que más daba por lo menos le había ayudado mucho a acabar más rápido. Hechizos de magia como ordenar, limpiar y tipo de tareas domésticas, eran sus peores áreas, y si lo itnentara seguro que temrinaba quebrando todo.

-Bueno... Vamos a ello... ¿lideras el camino?... Me temo, que tienes más de una forma de llegar a las cocinas. Así que aprenderé contigo. Señor Frost- sin duda ella se había olvidado muy rápido de las lámparas y de la profesora. Así mismo, tomó su mochila y se lanzó hacia la escalinata, esperando por el señor Frost en el primer peldaño.

-Deja las bromas atrás y vamos a comer- Respondió la pelinegra agitando su mano derecha de tal forma que desestimara la loca idea del señor Frost. Le siguió de cerca mientras le escuchaba e intentaba responderle primero sobre el quidditch que si bien tenía razón sobre que al final el nivel de la escoba ayudaba mucho, pues no podías comparar una cometa 260 con una saeta de fuego. No había comparación. Y casi todas las veces eran los más acaudalados los que podían costearse una escoba de liga profesional como la saeta. -Es verdad, aunque se ha visto casos donde el usuario hace la diferencia no la escoba. Muy pocos si me lo preguntas... Y es eso lo que hace la diferencia entre un jugador innato y uno que trabajo arduamente toda la vida. Sino fuera así, todos serian estrellas- Ella no era una experta en el quidditch, y quizá muy probablemente estaba hablando sin pensarlo bien, pues con un cuerpo como el de ella, parecía realmente una anciana a la cual se le daba muy mal los deportes. En otras palabras, era un desastre completo. - Igualmente... ¿Sabes jugar el deporte de los no-magos? ¿Alguno de ellos? ... Sé que tienen varios, yo no los he jugado pero nunca es tarde para hacerlo- Claramente, esperaba que si algún dia probara esos juegos no matará a nadie por error. -Mejor elimino esa idea, muy peligroso... muy, muy peligroso-

Ella no pudo evitar soltar un jadeo de sorpresa al ver los misteriosos caminos que el Sr. Frost le mostraba, ahora sin duda podría escaparse de sus colegas serpientes para ir a comer con tranquilidad cuando ella quisiera. Escuchó con atención, y aunque no quería mostrarlo sintió algo extraño iba a pasar al escuchar "precipicio". -No, creo... Seguro que no- murmuró intentando llamar a la calma y sonriendo nerviosamente antes de sentir como era empujada y caía hacia lo oscuro. -!Ahh....!- gritó los primeros dos segundos antes de taparse la boca con ambas manos, pues lo que menos quería era llamar la atención de esos "soplones". Aterrizó suavemente, seguramente maniobra de Andrew, se limpió el poco polvo que se había instalado en su ropa antes de darle una mirada de ligero reproche. -Podrías haber avisado antes. Que tal si me daba un ataque... Bien.. Bien.. boca cerrada- ella hizo un gesto hacia su boca, como si cerrase un cierre de ropa, y luego entro a ese maravilloso lugar.

Lo primero que cambió fue el olor que antes era de un pasadizo húmedo a un aroma de diferentes comida entremezclados entre si, se sentía el aroma de la carne, patatas, algo de sopa, verduras cocidas, calabaza en especial, y varios rastros dulces como chocolte. Y sin querer el estómago de la slytherin dió un ligero ronroneo que esperaba no hubiese sido escuchado por nadie. Caminó atrás de Andrew, observando como los ingredientes iban de un lado a otro flotando, elfos indo y viniendo mientras preparaban todo, ollas y sartenes hasta el tope del techo que era tan amplio como el del gran comedor. Parecían ajetreados preparando toda la cena de Hogwarts. Todo lucía impecable, la preparación, el montaje y el envió de la comida através de las cinco mesas grandes que se conectaban con su otra contraparte más arriba. Seirin no pudo evitar sorprenderse aún más, era la primera vez que iba a las cocinas y no esperaba ver un mundo tan asombroso, por más que viviera en un mundo de magia.

Sin querer chocó contra la espalda de Andrew, a lo cual soltó un jadeo más de sorpresa que de dolor. -Lo siento, mi mal... Estaba demasiado absorta... !Buenas a todos! !Huele estupendo! ... Me muero de hambre ... ¿Puedo? - siguió al elfo domestico que le miro con cara de "no necesitas alzar la voz no somos sordos, Miss Yaxley" que le señalaba la mesa más cercana, mientras algunos elfos le miraban con cierto reproche por aparecerse ahí, otros parecían más relajados quizá porque siempre había alumnos escabulléndose por comida. -Uhmmm... Se me hace agua la boca- dijo mientras tomaba un plato y colocaba algo de puré de patatas, carne y verduras. -¿No vas a comer?-

-Ugh... Acabas de sonar como todo un político... o mejor dicho... como mi ¿Padre?- respondió ella, tomando asiento en una de las largas cocinas, a tiempo que buscaba los cubiertos con una de sus manos libres. De inmediato colocó un poco de puré de batata en su boca, y no pudo evitar lanzar un chillido de gusto por el sabor de la mantequilla mezclada con él tuberculo de forma armoniosa, sin duda esos elfos hacían muy buen trabajo. Seirin disfrutaba de la comida con mucha calma, parando para tomar una copa y servirse algo de jugo de calabaza pues no estaba con ánimos de beber algo más fuerte... Mentira... Realmente ella no bebía, era muy mala con cualquier bebida alcohólica.

-¿Qué?... !No hay forma!- La de ojos rasgados se atragantó un poco con la comida que tuvo que beber un poco de su bebida para evitar hacer un desastre en la cocina o sino los elfos le patearían el trasero en seguida. Tosió un poco, se compuso y luego de ofrecerle una mirada de "Estas loco" al Sr. Frost se dignificó a hablar. -!Merlín!... !No veré a los prefectos de la misma forma!... -llevó una mano a su cabeza pasando por sus cabellos negros como señal de entendimiento. -Y ya sé lo que me vas a decir... Que el sexo es normal y todo lo que quieras... Y si, lo acepto es de lo más normal pero no en una bañera pública donde otras personas toman baño. ¿Y puedo preguntar como sabes tu eso?- le resultaba perturbador pensar en alguien nadando en aguas donde una pareja había descargado su libido.  -Olvida esa pregunta.... Y sobre eso... ¿Realmente me estás invitando a eso?- alzó una de sus cejas en forma burlesca, captando la broma que el tejón se negaba a dejar de lado.

-Ni siquiera se como se juega... ¿Cómo podría acobardarme? ¿Es demasiado violento?- masticó un poco más de carne, buen sabor sin duda, en el punto perfecto.  -Y no soy tímida, solo recluída socialmente y por propia voluntad... !Ah!... ¿Ok?... Creo que si, no es tanto mi estilo, podría quebrarme... - dijo ella luego de escuchar la explicación de como un pedazo de madera se le había incrustado en la cara. -...Esta no se ve tan mal...- se agachó la pelinegra para ver una cicatriz alargada en su rodilla. -Ups... no debería ver tan de cerca. Mi mal. Sr. Frost- se enderezó rápidamente y tomó más jugo de calabaza. Apartó el plato hacia un costado y este desapareció con un "pop". Quizá sea por el cansancio o por que estaba bien llenita que recostó su mitad superior en la mesa, estirando ambos brazos al frente. -Auuu... Comi bien. Ahora quiero dormir... Pero porque tenemos deberes... Afff- giró su cabeza descansando su mejilla en la mesa, observando al hombre sentado a su lado que seguía comiendo al parecer.

Instintivamente su cuerpo se puso rígido y se levantó de su posición de desparamada sobre la mesa hasta tener la espalda recta, todo mientras no dejaba de observar al tejón y sus ocurrencias de vida. Ocurrencias que ciertamente ella no esperaba hablar con él, luego de hacerle la broma de las dos cabezas en la sala de Adivinación, pues si él hubiera sido alguien como cualquier chico, se hubiera reído de los disparates de Seirin o se hubiera alejado de ella murmurando cuan rara era la Slytherin. -Para un momento por favor...- la pelinegra alzó ambas palmas frente a él casi a la altura de la cara de Andrew como señal que quería que parase aunque claramente él no iba a parar. -Considero el sexo como algo natural y fisiológico de los humanos pero ya había dicho que no necesitabas responder esa pregunta. Y menos quería saber sobre el desempeño de tu prefecta en dicha área- le respondió con una mirada llena de sarcasmo, sobre la información tan valiosa que él le entregaba, ni que fuera a usarlo como chantaje... ¿Lo peor?... !No podía!... Al menos si hubiera sido de su propia casa, le ayudaría a guardar secretos sobre el mini-calamar que tenía escondido bajo su cama en una pecera mediana, pecera que antes de sufrir una transformación era una bota.

-¿Oh?... !Por Merlín!- soltó una carcajada al ver los dedos del Sr. Frost. Ni siquiera ella podía imaginarse que cosas podrían hacer con eso, pues si hablaba con sinceridad, Seirin no tenía experiencia sexual aunque si había leído bastante sobre el asunto y como alguien que le gustaba experimentar, sabía 100% que la práctica debía ser diferente de la teoría.... Aunque había un grande problema.... -¿Retorcerme rico?... ¿Cómo el sabría algo que ni yo mismo sé?... !Oh!... Él debe pensar que ya tengo experiencia, y realmente no la tengo... !Jooo!... Seirin, tranquilizate, no muestres lo contrario... !¿Debería haber practicado con mis manos?!- Y aunque por fuera ella le seguía observando con una cara llena de neutralidad, por dentro estaba sudando a mares ante tal revelación que escapaba de sus manos... - Realmente no lo creo, las notas no lo valen- dijo por fuera ella, alzando los hombros como desestimando sus propias palabras pero por dentro... -!Es obvio que no lo valen!... !Pero las necesito!... Necesito graduarme con notas por lo menos pasable para poder largar mi familia y apellido... Y comenzar aquel viaje que siempre quise.... Seirin, relajate... 1.... 2... 3... No ganas nada exasperándote.... Respira con tranquilidad.... Las notas son y no son importantes, los deberes tampoco... Las notas... Las not... !Espera!... Si la prefecta no llegó ni a extraordinario.... ¿Cuánto sacaré yo? ... !Seguro que Andrew me reprueba!...No,no... Nunca es tarde para aprender... Quizá es hora de averiguar- en ese instante ni ella se dió cuenta que le había llamado por su  nombre aunque fuese todo dentro de su cabeza. Ciertamente Seirin estaba perdiendo la cabeza y quizá lo mejor era ser sincera desde un inicio.

-No necesitas decirlo de esa forma... Es sólo ... Como lo digo- Empezó a hablar y termino como un susurro, luego tomó valor y volvió a verle a la cara. -Si digo que sí... Tendrás que tener mucha paciencia, pues nunca lo he hecho- ladeó la cabeza hacia un lado levemene, en señal de que realmente estaba hablando en serio. Ni siquiera ella podía imaginarse tremenda situación, menos rodeada de elfos domésticos que seguían haciendo su trabajo a pesar del tono de la conversa que ambos empleaban. No podía ser más hilarante.

Y él empezó a reírse... Ok, realmente eso no se lo esperaba, quizá una broma de mal gusto, una mirada de pena por su estado virginal, una mirada asqueada por su atrevimiento, o una mirada de incredulidad por admitir algo que se suponía ya debía tener mucha ¿experiencia?. Bueno cualquier cosa menos una risa... Ella se quedó callada, mirando de un lado a otro, viendo algunas miradas de pena de algunos elfos domésticos mientras otros ignoraban olimpicamente a ambos estudiantes. -Qué debería hacer... decir... ¿ahora?-  Se sintió algo incómoda pero decidió no exteriorizarlo, ya había demasiada risa y lamento para un poco más. O por lo menos hasta que el Sr. Frost decidió hablar... -!Hey!... Realmente pensabas que tenía experiencia previa... ¿Tengo cara de saber sobre sexo?... No, no... ¿Tengo cara de haber probado?- le miró a la cara esperando una respuesta pero él siguió hablando dejando de lado la pregunta de la Slytherin.

-¿Qué, qué?... ¿Puño entero?... ¿Que cosas estas diciendo?... De los dedos lo entiendo pero un puño entero?!- sin querer ella misma miró su mano abieta y de la nada la cerró en un puño. Viendo el tamaño y la forma, no pudo ni imaginarse la situación... -¡Espera¡... !Un puño entero! ¿Cuán dilatada deve estar para tener un puño dentro?... ¿Yo?... ¿Y mi puño es pequeño?... Si es de otra persona... !Me muero primero!- pensó angustiada hasta cierto punto por esa extraña idea y sensación que sentiría. Sacudió la cabeza levemente, desechando la idea en una, no quería pensar en eso. -¿Hasta en los vestidores?... Porque esa necesidad de hacerlo en cualquier lugar... Es tan gratificante así- habló más por susurro pues como tenía cero experiencia no podía re-recordar la sensación. -No decían muchos que no puedes extrañar algo que nunca has tenido- Igualmente ella intento quedar en silencio después de aquella tan fatal pregunta -¿Como me gusta?- ella alzó los hombros, mostrando ignorancia para sí misma. Y así la conversación acabó con la partida inminente del Sr. Frost.

A diferencia del tejón que estaba ya casi a la salida, Seirin Yaxley se quedó sentada observando el lugar vacío a su lado. -No creo que pueda tan temprano, puedo pasar después. Buenas noches Sr. Frost. Gracias por el dato- Respondió ella con un saludo de mano y una leve sonrisa a forma de despedida, el dato sin duda era la nueva forma de llegar a las cocinas, y mañana necesitaba limpiar la pecera de Muffy primero antes de cualquier plan. Se volvió hacia el frente cuando le vio partir, dejándola sola en la mesa de las cocinas... -Dijiste que las tareas no son importantes y ahora tengo una tarea sexual: Exploración de cuerpo. ¿Cómo se supone que debo hacer eso?- ella descansó su cabeza sobre la mesa, y suspiró demasiado fuerte por la situación en la que se encontraba. Ella compartía cuarto con otras cinco chicas entonces no había mucha privacidad... -Entonces, ¿Cómo hacían los chicos para satisfacerse?... !NO!... Será que lo hacen todos juntos... !Joo!-

Cuando de la nada sintió que alguien jalaba de su capa negra, sin levantar la cabeza, giró hacia su izquierda y ahí vio muy de cerca unos muffins de chocolate, el aroma maravilloso le llegaba hasta la nariz. -¿Qué?- ahí sin saber, levanto la cabeza y vio algunos elfos que le seguían mirando con cara de pena. -Esto  es para hacerme sentir mejor ¿no?... ¿Porqué?... Por las tareas... No...Por mi palabrería... No... Por el rechazo... Ya veo... Es el rechazo- Cuando mencionó esa última palabra, muchos de ellos se tensaron ligeramente. -Ya que tengo la pena de los elfos... ¿Podría aprovechar algo?- ...- ¿Será que puedo tomar un poco de sardinas y camarones?- le miraron con mucha extrañeza pero igualmente le dejaron tomar los alimentos. Y llevando en sus brazos la comida separada en bolsitas, no dudo en masticar uno de los muffins que le habían regalado. -Supongo que debo agradecerte por esto Sr. Frost- Seirin Yaxley rió por lo bajo mientras veía los camarones y sardinas para Muffy, su calamar.

Seirin Yaxley no demoró mucho en llegar a su dormitiorio, y cuando entró no pude sentirse tan agradecida que sus colegas de cuarto fueran todas unas dormilonas y ya estuvieran en cama y roncando suavemente. Ella se adentró con cuidado retirando sus zapatos ya sucios, se agachó y con mucho cuidado jaló la pecera donde Mufy estaba actualmente moviéndose de un lado a otro, obviamente pidiendo su comida. El calamar de aproximadamente 20 centímetros era relativamente pequeño comparado a su versión adulta, pero por ahora parecía que estaba creciendo forbidablemente, lo cuál generó una sonrisa en la cara de la Slytherin. Colocó un poco de la comida en la borda, y de inmediato Mufy se apresuró a terminar su aperitivo nocturno. -Por lo menos ya tienes el estómago lleno- ella susurró observando al calamar unos minutos antes de ocultarlo bajo su cama nuevamente. Se cambió de ropa luego de un aseo rápido y se acostó recordando todo lo que había aprendido hoy, muchas de esos datos realmente innecesarios pero sin duda había sido un día extraño, algo que realmente no esperaba experimentar. -Awwwh... Mañana necesito limpiar la pecera-

Seirin Yaxley no era una persona mañanera, nunca lo fue, no lo es, ni lo sería, prefería mil veces dormir muy entrada la madrugada y luego levantarse muy tarde en las mañanas, pero lamentablemente la escuela obstaculizaba ese deseo a excepción de los fines de semana o de algunas clases suplementares que se daban en el último año... !Y justamente hoy!... !Era el día!... Tenía libre las mañanas hasta el almuerzo, y luego Cuidado de Criaturas mágicas... Su materia favorita entre muchas...

Seirin Yaxley salió de la cama casi cerca de las 9 de la mañana, la hora del desayuno había pasado pero poco podía importarle, estaba acostumbrada a no tomar desayuno. -Hora de limpiar- Sacó a Mufy de la pecera y lo trasladó a una burbuja de agua que recorría toda la habitación a voluntad del calamar. Agradecía a Merlín que no hubiera nadie en el dormitorio, seguramente sus colegas o estarían paseando por Hogsmeade o estarían viendo los cuerpos sudorosos de los jugadores de Quidditch en su entrenamiento matutino. -!Que romántico ver a alguien sudar!- ella dijo sarcásticamente , rodando los ojos por aquel comentario que había escuchado sobre como el sudor los hacía brillar. -Si ellas supieran que se comen entre ellos, me pregunto... como reaccionarían... ¿ellas?...  ¿y ellos?- no había duda que sería divertido de ver pero sería algo muy problemático con lo que lidiar después. -¿Ho?... El equipo de rugby debe estar entrenando ¿no?... Creo que dije que iba a pasarme por ahí- Dijo ella apurando la limpieza de la pecera, bien podría hacerlo con su varita pero sinceramente lo más probable es que al final tuviera una cama quemada y una pecera sucia si lo usaba.  -Mufy baja de ahí... Tenemos prisa-

Seirin Yaxley llegó hasta el campo de práctica cerca de las 10:30 de la mañana, no había sido difícil llegar pues lo bueno era que el ruido de las niñas del campo de quidditch no incomodaba mucho. Se había vestido con un jean, una camiseta, zapatillas, un cardigan y la clasica bufanda de Slytherin y muy por encima su túnica negra. Se sentó en uno de los asientos observando a varios estudiantes con grandes complexiones usabndo un uniforme que nunca había visto en su vida. -Es lo que acostumbran usar. Es... ¿algo corto?... !Jooo! Y que.. ¿clase de quaffle es esa?... Es muy ovalada- La pelinegra vió al Sr. Frost ahí, formando una pose extraña con otros antes que un silbato se escuchara y todos empezaran a moverse.

El juego avanzó de lo más normal por lo menos al inicio, y pronto la Slytherin percibió que podía aprender el mecanismo del deporte muggle, o al menos lo básico de lo básico. Y los golpes parecían ser una parte muy importante ya sea en ataque y defensa, bueno... todos los jugadores eran de contextura gruesa y si ella se atrevía a jugar ese deporte, sin duda sería partida a la mitad en menos de 5 minutos o menos. Luego de un buen tiempo, uno de ellos cayó rendido al suelo tras un golpe aunque parecía tener una sonrisa arcante en su rostro.... -Quizá es un sádico- pensó Seirin, y seguidamente algo inesperando sucedió, dos bludger entraron al campo de entrenamiento causando un gran escándalo en solo unos minutos.

Algunos perseguían a la bludger, otros tenían bates en mano para repelerla y otros empezaban a pelear entre ellos como si fuese lo más normal de mundo. -Uhhh... Ahora si parece un campo de guerra...- Ella no pudo evitar reír de la situación, viendo a las jovenes de las cuatro casas gritar desesperadamente cuando una bludger casi rozó la cara "pulida por los mismos dioses" del buscador de Gryffindor. -No me esperaba menos siempre tiene que estar un Gryffindor envolvido- susurró evitando hablar de más o quizá ella mismo se buscaría un problema con las locas de la casa roja. -Debo decir que me has atrapado Sr. Frost... Pues me pregunto cuales son los machos- hizo ademán de que estuviera pensando la situación aunque podía importarle menos que los del equipo de Rugby le reventaran la nariz a los "bombones" del la casa del león. -Nah... Yo le voy a los de Rugby... Se ven menos "pulidos" y más trabajados- se atrevió a mencionar mientras veía como entre los golpes, los del quidditch comenzaban a caer como moscas en el pasto.

-¿La cara?...- Dijo ella apuntando a uno de los amigos de Andrew con la cabeza justo a tiempo que le rompía la nariz al guardían vestido de rojo de quidditch. -Dirás el cuerpo entero... Con uno de esos golpeándome, tendrías que enterrarme- En ese momento, la profesora apareció aunque ella no la vió y solo escuchó como los otros la nombraban. Ella sintió como el Sr. Frost giraba la cabeza de Yaxley justo para ver como algo derribaba a la profesora de su escoba y esta caía al suelo como un saco de patatas. -Si. Caería justamente como ella... -

Después del final de ese anuncio, vino el ataque y el pánico inundó todo Hogwarts. -¿Qué clase de pregunta es esa?...- Le miro la pelinegra con cierta risa aunque la situación no ameritaba para eso. Se levantó y comenzó a correr al lado de Andrew y varios estudiantes, en dirección del bosque prohibido. No era el mejor lugar para entrar pero por lo menos estaba fuera del rango de las bombardas. Con varita en mano, ella siguió su curso pero de vez en cuando volteaba hacia atrás para ver como humaredas empezaban a salir del castillo. Y de pronto, la realidad cayó en ella.... ¿Y si los proyectiles derriban uno que otro muro del castillo?... ¿Y si los rebeldes destruiam todo lo que veían?... A ellos no les importaban las criaturas mágicas... De seguro irían a los dormitorios en busqueda de los estudiantes... ¿Y si lo encontraban?... -!Mufy!- Seirin Yaxley paró en seco, alguien podría dañar a su querido calamar. Apretó los puños fuertemente, causando que su varita temblara en su diestra, y su izquierda se pusiera blanca.  Ella no iba a perder a su calamar. !No! !No! !No!... Ella iba a volver por él. Ella vio al señor Frost que se había detenido por su causa y le dijo -Cuidese Sr. Frost... Lo veré en breve- Y con un leve asentimiento y pulgares en alto, la Slytherin dio vuelta y comenzó a correr en dirección del castillo.