[IV] —the end of a rotten dream—

Datos básicos

Nombre/Clan:
Edad:
Apariencia:
Personalidad:
Técnica inicial:

Setting inicial: Acaba de ocurrir la graduación de la siguiente generación de genins de Kirigakure - que promete ser la más talentosa de los pasados veinte años. En la víspera de la ocurrencia de varios eventos naturales inusuales, la formación de grupos ocurre como ya está acostumbrado...
Sitio de reunión: Jardines flotantes de Kirihime, en el sector noroste de los límites de la Aldea.

KIRIGAKURE — LÍNEA DE TIEMPO

[años; punto cero = presente]

Spoiler:

Datos básicos


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Datos básicos

Nombre/Clan: Josuke Mikazuki/Mikazuki
Edad: 13 años
Apariencia: 1,65 mts/82 kgs. Pelo negro, ojos oscuros, complexión ancha pero no gorda. Algunos pelos de barba, nada maduro, típico adolescente. Nariz redondeada. Ropa de camisa sin mangas, colores oscuros, pantalones largos y exceso de cinturones y pulseras.
Personalidad: Positivo, proactivo, aunque reticente. Necesita un empujón para echar a andar. Le gusta hablar con las personas, aunque realmente, no es tan fan de los demás en realidad. Miríada de inseguridades, buena parte debido a la historia familiar.
Técnica inicial: Técnica del asesinato silencioso^{Muon satsujin jutsu}
Técnica de asesinato que requiere fundir la presencia en el ambiente, de preferencia mediante una técnica de ocultamiento, para así atacar a un punto débil a una velocidad de vértigo - acabando con el enemigo de un golpe certero.

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Menudo lugar para asignar todos los grupos.
Llegó allí a tiempo, pues como miembro de una de las familias con raíces en los Kirisenjin, tenía una cierto estándar que cumplir.
Claro que, la suya era la extraoficial.
Todavía según la historia pública, eran cuatro - Kirihime, Mikasa, Souken, Hakusame- sin contar a Kaido, quien fungía como la sombra para trabajos poco ortodoxos.
Por tanto, era uno de los que menos atención atraía; todos se fijaban en los genins que venían de las casas nobles reconocidas y la verdad, agradecía eso.
La única manera de tener algo de peso encima sería que el jefe de su equipo fuera uno de los cuatro como tal.

—Amelie Yuki, Josuke Mikazuki, Tokusa Odatsuka, ustedes son el equipo once —dijo el tipo con el enorme pergamino, tras su discurso de tener orgullo de estar allí, poder interactuar en una generación tan prometedora y bla bla bla. Aparte de si mismo, notó Josuke, los demás eran una chica albina tal cual, con ropa de invierno y... ¿una chica? Con ropa que cubría bastante también, y que le daba junto a su peinado, la apariencia de una nube con figura humanoide.
Josuke saludó a ambas.
—Hola, será un gusto ser su compañero —dijo levantando una mano, su tono de voz obviamente inseguro.
La tal Odatsuka solo inclinó la cabeza en dirección a ambos, sin hablar.
—Su maestro será...
—Puedo encargarme desde aquí Kazuo, muchas gracias —dijo una nueva voz, despidiendo de inmediato al tipo quien inclinó la cabeza y salió corriendo de allí—. Bien, si no me conocen, me presento: hola chicos, soy Kirihime. Es un gusto conocerlos y ser su mentora de aquí en adelante.

Pelo negro, ultralargo y peinado en una enorme coleta elaborada que parecía una cuerda especialmente bordada, dispuesta en la parte frontal de su cuerpo. Rostro amable, ojos cerrados. Y un haori que contrastaba bastante con el oficio del shinobi.
Sí, era la Kirihime actual, eso podía confirmarlo Josuke.
De todos...sí, le había tocado uno de los cuatro como mentores. ¿Acaso tendría su papá algo que ver?
Cómo fuera, le tocaba montar la ola.

—Ho-hola maestra. Es-es un gusto.

—Te das muy poco mérito Amelie. Por lo que me han dicho, eres una chica muy talentosa —dijo Kirihime con una sonrisa amable—. Espero algún día poder ver alguna de tus pinturas.

Josuke por su parte se sonrojó, frotándose las manos sin darse cuenta. Se había puesto nervioso de verdad. Las presentaciones no eran lo suyo, y... y tenía que mantener el honor familiar y no hacer pasar pena al apellido. Si lo arruinaba ¿Qué diría su papá? El corazón le hizo burp.

—Yo también quisiera ver sus pinturas honorable Amelie Yuki —escribió Tokusa Odatsuka mediante humo que surgió de sus dedos. Un instante después el humo se reformó en más palabras—. Hola a todos. Soy Tokusa Odatsuka. Me gustan las nubes, la ropa y las películas de monstruos.

—¿Arte de humo? ¡Asombroso! —dijo Josuke. Se sintió aprehensivo - al final, él no tenía capacidades artísticas, para nada—. Eh...eh...yo, hola, soy Josuke Mikazuki y no tengo experiencia en cosas de arte. Si tuviera que decir algo que me guste...eh...los carruseles. Los carruseles y las armas de percusión. Ah si, y la música.

—Muy muy bien. Me gusta como se va formando ésto ¿No creen? Creo que trabajaremos muy bien de aquí en adelante —concedió Kirihime. Alrededor del grupo, todos los demás empezaron a retirarse, algo de lo que Kirihime no perdió detalle—. Parece que los demás fueron a hacer sus pruebas iniciales. ¿Qué dicen chicos? ¿Nos quedamos un poco más o partimos?

Cuando la Yuki dijo que quería escuchar se sonrojó, bastante. Luego la decisión de marchar de allí, llegando a las afueras de la zona residencial - más específicamente a una explanada rodeada por grandes setos y árboles "llorones", cuyas ramas se veían como enormes manos que se mecían con la niebla que permeaba a la aldea en pleno; un poco extraño, pensó Josuke, pero, para una práctica, tenía todo lo necesario.

—Veamos. Tienen que hacer una prueba para aprobar como equipo genin, y, normalmente, me gusta ver cómo se compaginan unos con otros, ver si pueden trabajar juntos. Es claro que como su primer día, será algo complicado, pero confío en ustedes —dijo con una sonrisa suave en el rostro—. Su oponente será...
Kirihime hizo un sello de manos y con un "pop" acuático, apareció una figura encapuchada, alta y de cuyas largas mangas salían tentáculos planos que se veían como vendas.
»Técnica del Vigilante Marino —explicó con tono técnico. No solo lo mostraba, sino que exponía. Josuke prestó total atención—, variante de los clones elementales y un pequeño truco para practicar. Ahora, les daré diez minutos para discutir una estrategia. Si dispersan al Vigilante, aprobarán.
Kirihime se apartó y se sentó en un muro, observando con atención.
»Buena suerte.

—...¿Alguna idea?
Estaban apartados y recién comenzaban sus diez minutos de estrategia.
Mejor ser directos, pensó Josuke.
»Creo que puedo cortarlo y dispersarlo, pero...necesitaría una distracción. También un método de defenderme. Al atacar soy como, uhm, uno de esos pedazos de cristal que si no cortan, se parten —explicó, chocando un puño contra su mano y fingiendo una explosión. Boom.